Ignacio de Loyola, mejor conocido como San Ignacio de Loyola tras su canonización. Fue un religioso español que pasó a la inmortalidad y se convirtió en sujeto de veneración en la Iglesia Católica como consecuencia de haber sido el fundador de la Compañía de Jesús, popularmente conocida como Los Jesuitas, que es una orden religiosa cuya finalidad es salvar y mejorar al prójimo a través de la consagrada acción evangélica de sus miembros.
Ignacio de Loyola, mejor conocido como San Ignacio de Loyola tras su canonización. Fue un religioso español que pasó a la inmortalidad y se convirtió en sujeto de veneración en la Iglesia Católica como consecuencia de haber sido el fundador de la Compañía de Jesús, popularmente conocida como Los Jesuitas, que es una orden religiosa cuya finalidad es salvar y mejorar al prójimo a través de la consagrada acción evangélica de sus miembros.
La espiritualidad Ignaciana está basada en la convicción de que Dios es activo en nuestro mundo.
Como escribió el gran paleontólogo Jesuita Pierre Teilhard de Chardin: “Dios no está lejos de nosotros. Él está en la punta de mi pluma, mi pico, mi pincel, mi aguja – mi corazón y mis pensamientos.”
El sendero espiritual trazado por Ignacio, es una manera de discernir la presencia de Dios en nuestras vidas diarias. Y hacer algo al respecto.
Los Jesuitas poseen un manual para esta búsqueda, que se llama Los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. Estos ejercicios despliegan un proceso dinámico de oración, meditación, y toma de conciencia de sí mismos.
El ejercicio más popular es el Examen Diario. Este es una auto-revisión espiritual que consiste en recordar, durante la oración, momentos del día y reflexionar acerca de cómo Dios estuvo presente en esos momentos, seguido de la decisión de actuar de alguna manera.
La espiritualidad ignaciana no es un camino meramente interno, y mucho menos un camino absorto en sí mismo. Está dirigido a acercar a la gente a Dios y más profundamente al mundo – con agradecimiento, pasión y humildad – no alejándolo de él. Ignacio llamó a los Jesuitas a ser “contemplativos en acción.”
Hoy, los Jesuitas y sus colaboradores laicos, trabajan con gente en diversos ámbitos de la vida, tales como la educación y los negocios. Ellos ayudan a desarrollar a los “hombres y mujeres para los demás.”
La espiritualidad Ignaciana está basada en la convicción de que Dios es activo en nuestro mundo.
Como escribió el gran paleontólogo Jesuita Pierre Teilhard de Chardin: “Dios no está lejos de nosotros. Él está en la punta de mi pluma, mi pico, mi pincel, mi aguja – mi corazón y mis pensamientos.”
El sendero espiritual trazado por Ignacio, es una manera de discernir la presencia de Dios en nuestras vidas diarias. Y hacer algo al respecto.
Los Jesuitas poseen un manual para esta búsqueda, que se llama Los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. Estos ejercicios despliegan un proceso dinámico de oración, meditación, y toma de conciencia de sí mismos.
El ejercicio más popular es el Examen Diario. Este es una auto-revisión espiritual que consiste en recordar, durante la oración, momentos del día y reflexionar acerca de cómo Dios estuvo presente en esos momentos, seguido de la decisión de actuar de alguna manera.
La espiritualidad ignaciana no es un camino meramente interno, y mucho menos un camino absorto en sí mismo. Está dirigido a acercar a la gente a Dios y más profundamente al mundo – con agradecimiento, pasión y humildad – no alejándolo de él. Ignacio llamó a los Jesuitas a ser “contemplativos en acción.”
Hoy, los Jesuitas y sus colaboradores laicos, trabajan con gente en diversos ámbitos de la vida, tales como la educación y los negocios. Ellos ayudan a desarrollar a los “hombres y mujeres para los demás.”
San Ignacio de Loyola nos presenta sus EJERCICIOS ESPIRITUALES organizados en “cuatro semanas”. Esta división en semanas no tiene nada que ver con nuestra organización del mes, en semanas de siete días.
San Ignacio de Loyola nos presenta sus EJERCICIOS ESPIRITUALES organizados en “cuatro semanas”. Esta división en semanas no tiene nada que ver con nuestra organización del mes, en semanas de siete días.
Se centra en el pecado del mundo, la debilidad humana y la gran misericordia de Dios.
Nos habla de la llamada del Reino, la vida pública de Jesús y nuestra respuesta a esa invitación.
Profundiza la pasión y muerte de Jesús.
Es la consideración de la resurrección de Jesús y la “contemplación para alcanzar amor”.
El Centro Loyola ofrece diversas modalidades de los Ejercicios Espirituales: en la vida diaria, de tres días, de cinco días, de ocho días, de un mes y personalizados para Congregaciones Religiosas, Movimientos Eclesiales y grupos diversos.
San Ignacio de Loyola nos presenta sus EJERCICIOS ESPIRITUALES organizados en “cuatro semanas”. Esta división en semanas no tiene nada que ver con nuestra organización del mes, en semanas de siete días.
Se centra en el pecado del mundo, la debilidad humana y la gran misericordia de Dios.
Nos habla de la llamada del Reino, la vida pública de Jesús y nuestra respuesta a esa invitación.
Profundiza la pasión y muerte de Jesús.
Es la consideración de la resurrección de Jesús y la “contemplación para alcanzar amor”.
El Centro Loyola ofrece diversas modalidades de los Ejercicios Espirituales: en la vida diaria, de tres días, de cinco días, de ocho días, de un mes y personalizados para Congregaciones Religiosas, Movimientos Eclesiales y grupos diversos.
* Provincia Centroamericana de la Compañía de Jesús
https://es-la.facebook.com/jesuitascam/
* Jesuitas a nivel mundial
https://www.jesuits.global/
* Conferencia de Provinciales en América Latina y El Caribe
https://jesuitas.lat/